Es importante señalar que la cocina japonesa no se limita a satisfacer el hambre sino a consentir todos los sentidos, en particular la vista. Es por eso que sus platillos tienen bellas presentaciones. En la tradición japonesa los ingredientes más frescos son transformados de maneras diversas para lograr la satisfacción simultánea de la vista y el gusto.
La versión mexicana del sushi es una fusión de los ingredientes básicos del platillo japonés (arroz, algas, pescados, mariscos, verduras) con aditamentos tan del gusto local como picosos: los chiles en todas sus variedades (verde, chipotle, toreados y en chamoy). Así se crean salsas que, con base de mayonesa, incorporan chiles y se agregan a los rollos de sushi. También se mezclan los chiles toreados con salsa de soya para que adquiera un carácter picante distinto al del wasabe. O se rellenan triángulos de arroz japonés con chamoy y se sirven a modo de garnachas japonesas.
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